El símbolo de la eternidad está dentro de nosotros y por todos lados: en cualquier cosa podemos encontrar una cantidad inmensurable de partículas, así como en el aire que respiramos, hasta nuestra mente es capaz de guardar infinidad de pensamientos, que se pueden convertir en mil y un acciones que nos llevan por caminos distintos.
Muchas personas consideran que este símbolo está asociado con el uróboros, que es una serpiente que se come a si misma por la cola y que simboliza el eterno ciclo de todas las cosas.
Es utilizado cada vez más por su belleza simétrica y por el poder que guarda en su pequeño pero imponente cuerpo.
Representa la Ley de la Evolución e Involución, dado que todo tienda a crecer o evolucionar hasta un cierto punto y después de él se tiende a decrecer. Este proceso perpetúa el eterno movimiento de las cosas, evita que se estanquen, que todo fluya. Es por ello que el ying y el yang también está asociado con él.
El número 8 también está asociado a él, apareciendo por todas partes del mundo representando la fuerza, lo eterno y el poder místico. Esta cantidad aparece en los pétalos de la flor de loto y los ocho brazos de Visnú, y en el cristianismo se asocia con la resurrección.
Cada día hay más gente que lo llevan con ellos, porque sienten que tienen que hacerlo parte de su vida, tanto por la transcendencia de sus significados como por las importantes cualidades que nos da con su pequeño y hermoso cuerpo.
Como aquí detallamos se le asignan muchos significados a este símbolo eterno, pero en su mayoría todos coinciden en su esencia. En su profundidad de sentimientos y energías positivas, de amor, de vida y de fuerza.
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