Medalla de la Virgen del Rocío

en Oro de 18kts

111,20 €
139 € -20 %
- +

Medalla Calada, en Oro de 1ªLey, 18kts.

Tallada con la Virgen del Rocío, tiene el filo matizado.

Con medidas de 15 x 17 mm, y un peso aproximado de 0,70 gr.

Además también en las pestañas que presentamos más abajo tiene la opción para poder mandarle su/s pieza/s de joyería o relojería perfectamente envuelta para regalo, con una bonita caja, alguna etiqueta de felicidades o incluso que diga "Te quiero", por si la ocasión lo mereciese. Sólo tiene que marcarlo y si requiere de un envoltorio especial, ya sea alguna tarjeta con mensaje o similar, indíquenoslo marcando "Información de mi producto personalizado" y seguidamente escribiendo su petición, obviamente todo esto sin ningún tipo de coste.

Si desea comprarlo debe añadirlo al carrito haciendo click en la pestaña posicionada a la derecha del artículo en la cuál se ve el dibujo de un carrito y se lee "Añadir". Más adelante en la parte derecha superior hay un icono con el dibujo también del carrito en el cuál podrá terminar su compra de el/los artículo/s que haya ido añadiendo durante su búsqueda, en ese momento, en nuestra web.

Envíos en 24/48 horas si hay disponibilidad en tienda, si lo tuviéramos que pedir a fábrica podría tardar entre 5/6 días hábiles, si lo quiere con urgencia y necesita saberlo contacte con nosotros en el 619186654, o a través de nuestro e-mail: info@carreterojoyeros.es.

Referencia

M465

Sin comentarios

La Virgen del Rocío, también conocida como "Blanca Paloma" o "La Reina de las Marismas", es una advocación mariana que se venera en el Santuario de El Rocío en Almonte (Huelva).

 

El Rocío, cuya historia se encuentra hoy documentada en sus aspectos más importantes, ha estado envuelta en una leyenda, como ocurre con otras muchas advocaciones, que viene recogida en la Reglas de la hermandad Matriz de 1758:

Entrado el siglo XV de la Encarnación del Verbo Eterno, un hombre que había salido a cazar o apacentaba ganado, hallándose en el término de la Villa de Almonte, en el sitio llamado de La Rocina (cuyas incultas malezas le hacían impracticables a humanas plantas y sólo accesible a las aves y silvestres fieras), advirtió en la vehemencia del ladrido de los perros, que se ocultaba en aquella selva alguna cosa que les movía a aquellas expresiones de su natural instinto. Penetró aunque a costa de no pocos trabajos, y, en medio de las espinas, halló la imagen de aquel sagrado lirio intacto de las espinas del pecado, vio entre las zarzas el simulacro de aquella Zarza Mística ilesa en medio de los ardores del original delito; miró una Imagen de la Reina de los Ángeles de estatura natural, colocada sobre el tronco de un árbol. Era de talla y su belleza peregrina. Vestíase de una túnica de lino entre blanco y verde, y era su portentosa hermosura atractivo aún para la imaginación más libertina.

 

Hallazgo tan precioso como no esperado, llenó al hombre de un gozo sobre toda ponderación, y, queriendo hacer a todos patente tanta dicha, a costa de sus afanes, desmontado parte de aquel cerrado bosque, sacó en sus hombros la soberana imagen a campo descubierto. Pero como fuese su intención colocar en la villa de Almonte, distante tres leguas de aquel sitio, el bello simulacro, siguiendo en sus intentos piadosos, se quedó dormido a esfuerzo de su cansancio y su fatiga. Despertó y se halló sin la sagrada imagen, penetrado de dolor, volvió al sitio donde la vio primero, y allí la encontró como antes. Vino a Almonte y refirió todo lo sucedido con la cual noticia salieron el clero y el cabildo de esta villa y hallaron la santa imagen en el lugar y modo que el hombre les había referido, notando ilesa su belleza, no obstante el largo tiempo que había estado expuesta a la inclemencia de los tiempos, lluvias, rayos de sol y tempestades.

Poseídos de la devoción y el respeto, la sacaron entre las malezas y la pusieron en la iglesia mayor de dicha villa, entre tanto que en aquella selva se le labraba templo. Hízose, en efecto, una pequeña ermita de diez varas de largo, y se construyó el altar para colocar la imagen, de tal modo que el tronco en que fue hallada le sirviese de peana. Aforándose aquel sitio con el nombre de la Virgen de Las Rocinas.

Información de mi producto personalizado
GRATIS
Incluir envoltorio para regalo, caja o bolsa apropiada para el producto
GRATIS