El oro puede tener diferentes aleaciones, la más común es la del oro con otros metales debido a las propias características de este material: en su estado puro resulta demasiado blando y las joyas construidas con él se deforman y gastan con demasiada facilidad, además a temperatura ambiente se puede disolver con el agua regia y se vuelve quebradizo al mezclarse con el mercurio.
La aleación más usada consiste en mezclar el oro con los metales habituales (plata, cobre, paladio y níquel) que es más dura cuanto menos oro contiene en su mezcla.
Según que metales producen la aleación se consigue un color u otro en el resultado final, tal que así:
-Con la plata se colorea el oro hacia un tono más verdoso.
-Con el cobre queda rojizo.
-Con el paladio tiende a ser más blanco.
-Con el níquel (que hoy en día está prohibido por producir alergias) se consigue un color grisáceo.
LA LEY DEL ORO:
Es la proporción en peso en que el metal precioso puro entra en una aleación. Así, la cifra indicada hace referencia a la cantidad de metal puro contenido en 1000 partes de la aleación señalada.
La ley, denominada tanto en kilates como en milésimas (que indican la proporción de oro fino contenido en la aleación y también la cantidad de aleación), es de 750 milésimas o 18kts.
24 Kt.= 24 gramos de oro fino
18 Kt.= 18 gramos de oro fino para un peso de 24 grs. de aleación de oro
750/1000 = 750 mm
El oro de 750 mm es una aleación de 750 partes de oro fino con 250 partes de otro u otros metales (plata, cobre, etc) para darle rigidez, solidez y color.